Donde se prepara la hoguera

¿Por dónde empiezas a leer un poemario?, ¿en un orden establecido por la tradición o guiado/a por tu instinto? Tal vez solamente te quedas en los epígrafes y te detienes pensando en la buena elección del autor. A lo mejor (h)ojeas y lees al azar los títulos que te señalan que permanecerás en un solo lugar. «Donde se prepara la hoguera» deja con la sensación de cargar un peso melancólico de un día que siempre inicia y termina igual. Un tiempo estancado en un espacio cerrado. Un sitio que es habitado primero por máquinas antes que por lo humano. Los objetos resisten más que la carne. Sobreviven, aunque maltratados, siendo testigos de la rutina y el hastío. A pesar de los pocos metros cuadrados que cimientan la obra es inevitable quedarse a observar las heridas en los muros.

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Jael Bolla Celis.